— Tía, hoy me voy a tener que ir un poco pronto, que tengo que ir hacer un trabajo de campo a las afueras y tengo que ir a por el coche. — ¡Anda! ¿Y por qué no lo has traído? Lo podías haber aparcado en la plaza de garaje. — Pero si la plaza está ocupada por tu propio coche. — ¡Uy, es verdad! Hace tanto que no uso el Ford Fiesta que ni me acordaba que estaba ahí. El día que lo mueva no va a saber ni poner el intermitente, hehehe. — ¿Hace cuánto que no lo mueves? — Pueeees, por lo menos un año o dos. No creo ni que le funcione la batería, fíjate. — ¿Y te compensa? — La verdad es que no, estoy pensando en venderlo, así cuando venga tu tío a de visita puede aparcar ahí. Y así me quito de pagar el numerito y el seguro... deberían de inventar un seguro que no te cubriera de ningún accidente pero que no te costara nada, par...