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Mostrando entradas de octubre, 2021

La viuda del Interventor

Esta es la única historia de la que no he sabido por la tía Maruja. Y sospecho que lo que atañe a la viuda del Interventor no lo sabe nadie. La versión oficial dentro de la familia, y así me la contó la tía aquella decía que el abuelo Benito no quiso aceptar ascensos durante la guerra y permaneció siempre reparando motores, que era lo que le gustaba. Así que en el juicio tras la guerra  se le consideró apto para continuar en el ejército tras una pequeña sanción simbólica.  La consulta que realicé en Julio de 2021 en el Archivo Histórico de Defensa de su sumario monstraba una historia bien distinta: no había sido capaz de probar su adhesión al bando vencedor durante el año que duraron los interrogatorios y se le acusó de Auxilio al Delito de Rebelión , enfrentándose a penas de cárcel de varios años y sanciones económicas que hubieran dejado a la familia muy mal parada, y eso sin contar con las acusaciones que llegaban en Novés, el pueblo de la abuela de que la nuestra era u

Un hueso de aceituna enterrado en un panteón

La tía Maruja hacía unas ensaladas bastante austeras: endivias y aceitunas negras. Alguna vez caían algunas pasas, no muchas. Y ya. Aliño sólo para quien se lo quería echar. Por lo general, siempre que aparecía esa ensalada en su mesa, iba acompañada de una advertencia: ‘Y cuidado con los huesos de las aceitunas’. Aquel día había recibido su llamada de auxilio porque no era capaz de encontrar los archivos de contabilidad que tan afanosamente estaba pasando al ordenador, y mientras yo los buscaba ella iba preparando la comida, con su ensalada de endivias, aceitunas y advertencias:     — Hala, déjalo para luego, ya lo buscarás. Ahora a comer, y que no te pase como aquel niño que se atragantó con las aceitunas, hehehe.  Yo ya había escuchado aquella advertencia otras veces, pero lo del niño me inquietó y le pregunté:     — ¿De qué niño me hablas, tía?     — Pues del hijo del doctor Ortiz. El matrimonio tenía dos hijos, y los dos murieron. Fue el mayor el que se comió la aceituna, se fue

El juicio militar

Al investigar la historia de " El Reo "descubrí el expediente militar del abuelo Benito. Fallé dos veces: La primera me presenté sin más en los cuarteles de Moncloa, pedí acceder al Archivo Histórico y en el mostrador me pararon los pies ‘¿No tiene cita previa? Desde la pandemia no dejamos pasar si no es con cita previa, escriba a este correo y solicite allí lo que quiera consultar. Tardarán unas semanas, ya le aviso’.  La segunda vez me llegó un correo: “Dado que no ha asistido usted a la fecha acordada ¿sigue interesado?” ¡Maldición, la respuesta a mi solicitud había acabado en correo no deseado! Tuve que solicitar una segunda cita y esperar otras dos semanas más.  La tercera vez pude finalmente entrar en el Archivo. Era principios de julio. Me pidieron depositar todo en una taquilla: ‘llaves, objetos metálicos, chaquetas, mochilas… sólo puede pasar con el móvil y papel para anotar. Pero tampoco puede llevar bolígrafos ni nada que escriba’ ¿Y si quiero anotar algo? 'Le